Como la era dorada de luna llena
colgada a merced del espacio nocturno,
posada entre mi alma estás mi reina de luz dorada
que en tus cristalinos espejos mi reflejo es sereno,
de apariencia angelical tierna e indulgente,
alojada en mis adentros, en mis latidos de púrpura.
Prometeme bajo este cielo anochecido
rociado de estrellas sobre el manto de luna llena
que en la inmensidad infinita de tu romance me amarás
tranquila, distante y en delirios de amor.
Prometeme que si mis ojos se apagan
en mi oscuro horizonte iluminarás,
si la gélida brisa naufragia en mis mejillas
me abrigarás en el arrullo del calor.
Si mis labios yacen desérticos por el verano,
tus besos saciaran mi sed de tus labios,
si nuestras manos entretejidas se alejaran
no me arranques de tu pecho enamorado.
Si el insomnio desciende sobre mi almohada,
prometeme que soñarás conmigo,
si callada sientes mi alma,
hablame con tu mirada,
prometeme lo que en promesas te dije,
el amor no se apaga si alimentamos el deseo.