Intenté en el concierto de tus ademanes,
y en la espuma de tus rostros.
Quedarme no como sucio en tus ojos,
sino como tú lo haces en una bienvenida.
Mas no mueves ningún péndulo de tus dedos,
y muestras una validez escasa de un tipo de sonrisa,
cuya se muestra más latente que una verdadera.
Intenté borrar el polvo que te dejo la brisa,
guardar, si me resulta, tu aposento, tu tierra,
tu eléctrico caminar, lo inmóvil de tu cama,
en un encierro que reconcilia mi vaga locura por ti.
Mas no me dejas tu idioma rápido y de fatiga,
que exhibo en mi mente lentamente,
como para poder interpretar.
intenté amor todas las noches,
En los resquicios, incluso en las lápidas.
pero me doy cuenta que cuando la esquina me miente,
incluso tu niñez que me empieza desde cero,
y termina en mis ojos que te vieron por vez primera.
Humberto Velásquez Jiménez
24/Enero/2015
10:34 a.m.