Platón.
Te presentare la luna,
Silenciosa en su caída,
Igual que cristales rotos,
Que se hunden en el agua,
Por el tiro de una piedra,
Dentro de un pozo,
Donde habitan las tranquilas palomas.
Para que abra con su disco,
El deseo donde vuela el hombre.
Esta fricción íntima, desgarradora y liberadora,
De dos mundos antagónicos en colisión en cada vida.
En el ojo donde tiritas,
es solo la angustia,
Donde ponen los médicos la vista,
Hartos de llorar por cada herida.
Angelillo Platón.