Poetisa predilecta
de los sentidos,
es imposible no perderse
en las curvas
que describen tus poemas,
es inevitable enamorarse
del canto unísono
de las palabras a tu mando,
de los versos que hechizas,
de ese color rojo de tus labios
que se ve en tu ideología,
de tu guitarra y tus manos,
de tu boina y lo que amasas
con el abecedario
despertando pasiones,
sonrisas, dudas,
es ineludible desear abrazarte
y sentir cariño
por tu dulce transparencia
y la sensualidad de tus letras.
Eres punto y aparte,
fuego en el tintero,
agua en el florero,
poesía pura y viva,
y yo brindo porque la vida
sin tus letras es un cenicero.