Mil y una vez escribiré al amor
y sobre tu condición de mujer
yo desde tu incansable admirador
dicha existes, maravilloso ser.
Yo te pienso como a una suave nube
muchas veces tú yaciendo intocable
en lo alto, ser celeste cual querube.
Ciertas veces tan tierna y transparente
con proceder amartelado afable
amando a vista de toda la gente.
Otras, vuelas arriba por los cielos
te adentras en tal denso nubarrón
como linda gaviota en plenos vuelos.
Tierna como es propio de una mujer
portándote como un tierno felino
cuando entregada accedes a querer.
Te pienso en tu singular condición
de ese ser tan especial, tan divino
para mí, sos una gran bendición.
Lebusla
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