Vuelo en la levedad de un pétalo,
deshojado por el roció de tu boca/
que besa amor las nubes de tu cielo
y persigue tus labios en eterno vuelo,
presuroso de tú mirar que me provoca.
Perdido en un lecho de blancos lirios,
donde mi pecho acongoja tu mirada/
y mi alma enamorada, con nuevos bríos,
se convierte en blanca agua de ríos/
que acaricia tu blonda cabellera dorada.
Deja perpetuarme en tu regazo,
de tus tiernas y límpidas mejillas/
donde mis besos con los tuyo enlazo,
y mi corazón en ti, fundido en un abrazo
<como en el firmamento las estrellas>.
Recíbelo tranquila, bella amada mía/
te pido de favor no cierres tu ventana,
y escucha el trinar de un nuevo día/
al observar el alba retozar de alegría,
y déjame en tus brazos/ despertar hasta mañana.