Mirando un cielo azul lleno de estrellas,
Fuegos resplandecientes de misterio;
Sorprendido testigo de algo serio:
Un solemne ritual de mil centellas;
La majestuosidad de mil doncellas
En esa oscuridad de cementerio;
Un grupo de selecto magisterio
Encima de la flor que forman ellas;
Umbral con un gran sol y bella luna,
Van siete celestiales mensajeros;
Abajo, aquel aullido de la hambruna;
Arriba, esta gran llama en pebeteros;
El Trino sostenido en dos columnas
Y dioses trascendiendo el cautiverio…