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No olvides la espuma del mar,
que acaricia tu piel en un beso,
no olvides el trayecto del abrumar,
que en cada paso se siente el exceso,
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que en cada palpitar se torna latido,
no olvides que yo, tú y el mar,
nos quedamos juntos por amar,
por separar granos de arena en lo prohibido,
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yo, tú y el mar, en cada lluvia se siente más agua,
sobre el mar lejano de la desnudez de tu piel,
y como soy tan generoso y tan fiel,
me queda advertir al corazón de lo frágil y, mi mente fragua,
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por inventar y ser útil en la majestuosa situación,
no olvides que despùés de todo queda la nada tu recuerdo,
porque el mar nunca acabará como desierto en pasión,
si yo, tú y el mar quedamos como dos gorriones volando.
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