La luna posó sus manos en mi rostro ,
y me dijo , hijo dile a la vida ,
que yo la venero y la cuidaré desde
el fondo de mi sentir .
Y así lo sintió mi cuerpo ,
y me hizo dormir , y al regresar
supe , que la gran señora ,
es la protectora de las aguas .
Donde suele acariciarse su rostro .
Y se deja llevar , en las corrientes
de los ríos y en la majestuosidad
de los mares .
Que la gozan ,
junto con sus criaturas .
Y así , la seguí admirando ,
que mi sangre recorrió ,
el universo de mi cuerpo .
Llenándome de una fuerza ,
que me decía ,
es amor , lo que has sentido .