Aún sigo soñando contigo, tengo que decir que te sigues viendo muy bien, aunque ya no te vea. Pero ahora ya no es como otras veces que te soñaba y hacía de ti lo que yo quisiera, esta vez es distinto, recuerdo que el día era muy soleado y te acercabas lentamente al sitio donde yo me encontraba con mis amigos bebiendo un poco de vino, y usted dijo:
-Vaya a fin de cuentas seguirás siendo el mismo patán de siempre.
Yo atónito por la expresión que me entregabas simplemente empecé a reír cuando tu lentamente te alejabas de mí, en acto defensivo y con un buen sentido de burla te grité.
- ¡ESTÚPIDA!
En ese instante al escuchar mi grito tú te detuviste e internamente temblaba de miedo y rabia, pero simplemente volteaste y con esa bella sonrisa que siempre había recordado me volviste a dirigir la palabra diciendo
-Nos vemos, hasta pronto.
Te disté la vuelta con una leve sonrisa y tus mejillas un poco coloradas, seguiste tu camino y yo agachando la cabeza simplemente dije -Adiós… Esta vez solo te deje ir.
No había nada que decir, desde ese momento todo se enmudeció para volver a traer calma a un herido corazón.
Lástima que sólo era un simple sueño.