Momentos...
E instantes en los que me dejo ir con tu recuerdo... pensamiento que abre el silencio de mi corazón; que provoca brotar las mas dulces palabras, éste que como a rama seca arrastra por la inercia de su corriente, y lo llevan sus aguas donde el quiere...
Allá; donde nada sorprenderme puede... donde oteo el pálpito que mis sentidos conmueve... ¡o bien allá!... con este amor que bien disfruto, que por ti se asienta y por tu causa mi alma promueve...
Me pierdo sin perderme, me hallo sin hallarme, y es éste escenario inmenso, sublime, insinuante, elocuente... que advierte y muestra paciente, cómo mis manos tibias acarician tu rostro con dulzura sugerente...
Que centímetro a centímetro y en una delicada zalema no termina... que es mi sentir el que de entre mis apacibles dedos se extiende al fino y terso tacto que de el relieve de tus labios se confina...
Y es ahora que peregrina, ¡mi boca tiembla!, y acaricia tus pechos con la humedad de mis besos... a la vez que bajando y perdiéndose en tus alcores lento, termina abandonándose por completo en tu centro...
Y te espero amor; así, sin prisa...
contando los tiempos que ha de gastar un beso entre tu belfo y mis labios... sabiéndome en el candor de tu mirada con el sudor de tu cuerpo... dotándome con el calor de tus labios de la sensación que calla, pero que dice tanto...
Pues por este excelso momento... es que posando la mirada en tus ojos, y viéndolos perderse en los míos... entiendo la tenaz humedad de la saliva como el dejarse habitar por quién nos moja acariciando el alma con los labios...
Así mi estado asienta en este verso... que en parirlo fué obligado; ¡mordieras mis pensamientos!... ¡arañaras mis sentimientos!; y todo sólo por que los dos seamos, sinceros confesos con la eterna conjunción de éste amor que
TE PROFESO.
SSM. 26-01-2016.