De mañanita salí con los apuros del tiempo
se me hizo un poco tarde para mi primer encuentro
tenia cita con Lóla me iba llevar a conocerlo
yo tenia mucha ilución ¡ como seria que miedo!
Después de encontrar a Lóla caminamos un momento
me dijo: espérame aquí.. en un momentíto vengo
no te vayas a salir de repente no te encuentro
y entonces se daña todo y eso si es lo que no quiero.
Me quede hay parada, me preocupe por momentos
Lóla se demoraba y alguien me estaba viendo
pensé este es un ladrón o un cobrador de impuestos
puse pies en polvorosa de allí yo salí corriendo.
Corrí hasta que quede- sin nadíta de aliento
sin saber que aquel hombre me venia persiguiendo
del susto me tropecé y de bruces caí al suelo
¡pense! se acabo mi vida! me agarro este sujéto.
Cón mis rodillas peladas y manos de Nazareno
intente incorporarme el dolor era intenso
y aquel hombre casi encima con ojítos picareños
me ofrecío su blanca mano y me levanto ligero.
¿Esta usted bien? ¡Señora de verdad lo siento!
pero no era mi intención este terrible suceso
solamente observaba la belleza de su cuerpo
su carita de manzana y la frescura de su pelo.
¿Entonces usted no es un pícaro ladronzuelo
una persona malvada o un cobrador de impuestos?
¡ Caramba ! Me equivoque y tambíen digo lo siento
són cosas que a diario pasan o digan si no es cierto.
El joven cojío mis manos y en ellas puso un pañuelo
para limpiar las heridas que del golpe se me hicierón
me sentí mas intranquila por que el me seguía viendo
y un poco temblorosa que me estaba sucediendo.
Di la vuelta para irme tenia que ir a mi encuentro
debía ir a la cita a conocer mi carro nuevo
Lóla estará preocupada y sin saber que ocurrío esto
corrí otra vez enojada aquel ser seguía insistiendo.
Llegue donde estaba Lóla ella se me quedo viendo
¿Chica tu en donde estabas por que en tus manos traes eso
y quien es ese que viene detrás de ti como riendo?
esa es una historia que ya despúes te refiero.
La cita con mi carríto para mi es lo primero
¡vamos vamos que ya quiero! sentarme en ese volante
y manejar yo primero-- despúes a ti te lo presto
¡ hay! con mis manos lastimadas seguro que así no puedo.
Y yo no se manejar dijo Lóla al momento
ni tu ni yo ves Lólita dime ahora que hacemos
¡tranquila mi bella dama ! Humildemente me ofrezco
si no desconfías de mi donde quiera yo la llevo.
Ella lo miro a los ojos sin ningún resentimiento
con una suave sonoriza acepto su ofrecimiento
y desde entonces la pasan por las calles conduciendo
el con su bella dama y ella con su carro nuevo.
No hay mal que por bien no venga le dijo a su amiga de tiempo
debes ser agradecida con la vida y con el cielo
tenia cita con el carro y conocí aun hombre bueno
túbe que salir corriendo para poder conocerlo.