¡Noble y leal ciudad...
melancólicamete adornada,
de jardines...
y románticos desdenes !,
entre pinos
te deshaces...
muy tímidamente seducida
y bendecida en tus silencios,
entre pálidas caricias...
enternecidamente agasajada
de cristalinas alondras,
y compungidos
quehaceres.
¡Oh Soria...
noble y solitaria mujer,
alhaja pálidamente
anacarada...
del románico mesetario !,
entre las orillas del Duero
te me vienes deshojando
bendecida en tus alcores...
entre pálidos
silencios...
adornada de jardines,
lacerados
de agua y barro.
Campos del Duero,
asaetada y melancólica
paramera soriana...
de esmeraldinos trabajos
dulcemente te abandonas,
entre pálidas auroras...
y jardines esmaltados,
y en tu desaliñada
melancolía...
muy despacio
vienes buscando a Dios,
por los caminos
de barro...
entre pálidos olvidos,
y silencios
enclaustrados.
¡Oh Soria...
dulce y amada mujer,
hermosamente seducida...
por machadiana nostalgia !,
te deshaces
en tus quehaceres...
asaetada por el rayo,
entre campos
de abandono...
y bosques petrificados,
muy dulcemente
acariciada...
y lacerada de agua pura,
entre bosques
de silencio...
bendecidos
por mi labio.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.