Sentada en mi refugio de paz,
viendo salir los primeros rayos de sol,
sintiendo en mi cuerpo, la brisa audáz,
que regalan los árboles en su crisol.
Decenas de avecillas entonan sus trinos,
las mariposas revolotean a mi alrededor...
extasiada, bebiendo ese paisaje con mis ojos,
abro mis sentidos a todo ese esplendor.
De pronto...escucho una voz,
que me llama desde el amplio portón,
me levanto muy lentamente...
y camino...
¡¡y te veo!!...o te presiento...
de tu foto de perfil, muy diferente,
tu cabello encanecido, arrugas en tu frente.
Abro las puertas...nuestras miradas se encuentran,
¡¡profundas!!, ¡¡intensas!!...
llegando hasta el alma.
Como un solo imán, surge el abrazo,
apretado, íntimo y silencioso.
solamente una lágrima,
escapándose de los ojos.
Mientras tu cuerpo tiembla emocionado,
mi voz trata de balbucear algo...
tanto tiempo silenciado...
-Si vienes a buscar a una estrella brillante,
a una apasionada amante...
date la vuelta...y vete para siempre.
-Si vienes a buscar a una mujer,
simple, humilde, común y corriente,
dame la mano...y empecemos
a recorrer juntos el sendero de la vida,
que todavía nos queda por delante...
Tú...decides...
Maria Hodunok.