Rosa hermosa que jade bello pareciendo
a la vera del pequeño chote que se abre
la mujer que a primera vista va queriendo
un amor tierno que solicito se labre.
¿Meritorio? aquel varón que a su presta zaga
que abandona su calma tras la noche maga,
al tibio sueño dormido que en su almohada
se apremia al derrotero en busca de su amada.
Transita de su fría inercia a la alegría
que probando al azar su exigua suerte un día
y escudándose en pócima de tersa tila
ancló en ella insondable embrujo de sibila.
Lebusla
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