\"...si yo escuchaba solamente el silencio, era porque aún no estaba acostumbrado al silencio;
tal vez porque mi cabeza venía llena de ruidos y de voces\"
JUAN RULFO
\"Pedro Páramo\"
…así que apareció siendo indeseable y necesario;
siendo el problema y por cierto, la respuesta;
se convirtió en la luz y oscuridad de la certeza
y fue de todo lo callado un buen glosario.
Sí, fue el silencio que llegó sin invitarlo
y se adueñó de las palabras y los versos,
hizo que viera yo del verso su reverso
¡y se instaló…! así que tuve que aceptarlo.
Y al aceptarlo lo nutrí con mi franqueza,
se convirtió en el confidente más confiable,
era el antídoto de lo vituperable
y fue mi aliado aunque quizá sin sutileza.
Si bien llegó sin esperarlo y tan furtivo,
fue su invasión un buen camino hacia el olvido;
lo trajo un ángel que, pensé, había confundido
al silencio que aniquila y al silencio curativo.
Lo aniquilante del silencio es la mentira,
la que se oculta si es verdad que compromete
o la que esconde ese cariño que engrandece
al buen amor que en un poema más se inspira.
Lo curativo del silencio es la palabra,
la que se oculta porque no debe decirse,
porque es mejor callar el alma que agredirse
y no dar vida a lo que aun muerto, así nos mata.
Es el silencio ambivalente y compañero
un buen apoyo en las jornadas de reencuentro
con la verdad, con nuestra vida y nuestros sueños,
con ese \"yo\" que sin silencio no es sincero.
Lo trajo un ángel compasivo y ocupado
en devolver sinceridad a tanto verso
y transformar en bondadoso lo perverso,
y así cuidar que lo vivido este saldado.
Derechos Reservados de Autor ® Rafael Rendón Contreras SafeCreative.org
Código de registro: 1604267318534 Fecha de registro: 26-abr-2016 1:59 UTC