Contenerme no puedo,
de esta breve historia contar.
Dos alegres jovencitos 17 o 18, no más.
Ella delgadita cual fideo,
de rostro angelical,
alegría a torrentes desbordaba,
él de aspecto de niño todavía.
Entre anaqueles de mercancías varias
de un supermercado,
no caminaban, corrían, casi volaban
Jacarandosos y bullangueros, junto a mí llegaron.
Él una lata de caro alimento tomó,
con entusiasmo a ella enseñó.
Ella del alimento el precio vio,
con su dedo haciendo señas dijo no,
suavemente a su oído musitó.
No mi amor el precio es muy alto,
mucho nos falta todavía.
el próximo sábado quizá.
Con curiosidad pregunte, ¿Novios son?
No, al unísono contestaron,
Somos esposos.
Al notar mi asombro, respondieron
Nos casamos antier.
Se abrazaron dándose un beso.
Diciendo adiós señor.
Alejarse agarrados de la mano los vi.
Para mis adentros murmuré.
Gracias a Dios en esta vida
no todo es maldad.
bambam