Esta noche las estrellas se desgajan del cielo,
la luna ha decidido cubrirse de un manto negro,
los grillos son lobos y su aullar me da nervios,
la música no la escucho, los ángeles danzan en el infierno.
Evocaciones de mis vidas pasadas o mis experiencias vividas,
frio, fuego, tinieblas, lodo, lama, fango, serpientes, arañas,
el velo nuevamente se destapa lóbrego como la luna,
la sangre es café, los labios secos, la mente vacía laguna.
Este lápiz deseo encajarlo en las hojas,
o mejor sería encajarlo en mis ojos,
ojalá así jamás te vea, que amargas horas,
así suprimiera de mi alma abundantes enojos.
Escribo idioteces, solo por escribir, ¡maldita sea!
Pensar en ti, hablar de ti, me da asco, me marea.
Bajar a este nivel es en realidad una mierda,
que extrañas palabras ya no son dulces,
¿serán sinceras?
Y es que hoy comprendo esa frase típica,
que del amor al odio solo hay un paso,
un paso que hoy di (este lado me fatiga),
un paso que quiero regresar (odio este lado).
Odio odiarte y lo odio porque solo puedo amarte,
así me mates, maltrates y hasta si me olvidaste,
yo seguiré en ti pensando, de lo malo escapando,
y como una flor que se abre al sol
mi corazón te estará esperando.
Si te odiara por toda la vida sería porque te he amado,
pero amándote aunque sea solo un día el odio ya no es compañía,
y es que como odiarte hermosa, odio no tenerte a mi lado,
y soy yo quien en verdad me doy asco, mis penurias, mis anomalías.
Perdóname, perdóname vida, me pido perdón a mí,
por estos malos pensamientos escritos,
hoy sé que el corazón no se hizo para odiar,
no puedo odiar, lo vomito, solo puedo amar;
el amor perdura, es un camino eterno
y es un camino más bello desde que te conocí.
La confusión se evapora reflexionando,
el corazón se enjuaga con unas cuantas lagrimas
y nada de esto le quita a mi vida lo que está pasando,
mi corazón ya está limpio pero sigue esperando,
a ver cuántos días más,
cuantas noches más,
cuantas letras más,
cuanta vida más.