tú en una acera,
yo en otra;
demasiados coches
para acercar el paso.
Así pasamos calendario,
hoja a hoja;
semáforo en rojo.
Dos en quimera;
tú por tu mundo,
yo por mi mundo loco.
A la miel supimos
que teníamos nombre;
semáforo se puso en verde.
¿Me conoces?
fue tú pregunta en ámbar;
¡Sí! Te conozco.
La respuesta en verde
abre la ventana
por la que supimos
que nos llamamos.
Me cuentas y te cuento
mientras cruzamos
el paso de peatones;
crucemos en verde.
Creo haber visto
esas miradas de antaño,
por que te da la gana
y me da la gana,
en busca de una palabra.
He decidido que te
llamaré mariposa.
Tú llámame por mi nombre
que aún andas resfriada.
Doblemos la esquina.