Son tu ojos que sin medida me dejan mudo.
Aquellos que al anochecer me hacen tomar un barco con destino a unas islas llenas de tu esencia.
Y estás tan listas para aceptarme; sin duda es un mundo lleno de bellas razones para amarte, porque junto con el alba llega un viento sigiloso que resguarda cualidades, resaltando tu perfección tan imperfectamente hermosa.
Y a medida que tus voz fugaz y estremecedora se pasea por mis oídos tan tuyos, mis labios tiemblan y mi cuerpo se acomoda para esperar.
Lo sé, porque es como si todo lo que aquí habita se refiriese a ti y siento el amor ferviente que en mi circula.
Entonces tus ojos se vuelven guías, y yo un hombre desubicado.
No sé cual sea mi destino, quizá es amarte en secreto, desear besarte Y tocar tu mejillas.
Tu tan bella como una estrella.
Y yo como mareas que en las noches se alocan con tu pasar.
Voy lejos, en busca de la felicidad.
Por eso siento que eres la indicada, y está bien.
El viento me dice que eres esa. Aunque posiblemente en ti nunca veré mi huella.
No te crei tan perfecta,
Y si tu pensamiento no me resguarda, quizá lo mejor sea embarcar.
Aunque vivas en mi brazos y sueños, tendré ir en busca de otra isla para ver tus rosas de lejos, y así pensarte tan bella y serena.