Privilegio el de Juanito
el nacer en pobre cuna
bajo el garbo de la luna
en humilde hogar, bendito.
Surgió el llanto y primer vos
desde el vientre fue Juanito
y como si estaba escrito
llegó vivo desde Dios.
Era el día y en su albor
inundaba la alegría
por la vida que nacía
y más que un admirador.
Fue su pelo en rubios rizos
cuerpecito rellenito
de tez blanca el pequeñito
y de ojitos, negros visos.
En lo propio de su ambiente
con carencias lo esperaba
un destino que le daba
cartas para asir su suerte.
Y se adentró así en la vida
entre cuidados y abrazos
de pareja agradecida
que apoyó siempre sus pasos.
Lebusla
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