Hoy recordaba mi niñez como algo ya muy lejano,
Me vi corriendo aquellos campos donde fui muy feliz.
Imágenes llegan a mi mente; alegría, también dolor
Al recordar aquel día; cuando tuve que decirte adiós.
En busca de nuevos horizontes junto a mis padres partí
A refugiarme en una torre, que me acogió y dio abrigo,
Dejando atrás mi barrio, los amigos y mi querido abuelo
Que nunca más volví a ver, pero está siempre conmigo.
Fueron pasando los años; mi destino cambió
Y allí en la gran manzana conocí yo el amor.
Nació una linda familia, bendecida fui por Dios
Regalándome dos hijos, que son mi gran devoción.
Han florecido muchas primaveras, siento esta tierra mía
Pero no olvido el terruño, que un día me vio nacer.
Prometí volver con ellos, que conocieran sus raíces,
Aquí me dejó el destino; nunca más pude volver.
Hoy desde este lente distante observo con dolor
Después de medio siglo, siguen los hijos del caimán
Buscando un nuevo sueño; un canto de libertad,
Arriesgando sus vidas, atravesando el ancho mar,
Mientras yo espero paciente, a ti poder regresar.
Besar tu soberano suelo; recorrer los viejos caminos
Escuchar el sonido del arroyo que mi niñez bañó,
El cantar del gallo despertando la mañana
Y a ritmo de tambor, azúcar de caña y ron,
Junto a mis hijos y nietos bailar en tu suelo un son.