Hoy hablo yo. La autoridad. Conozco
la vida y los milagros de este hombre,
su fiel amigo soy, nadie se asombre
pues en él yo también me reconozco,
Que sé donde le escuece cuando mea
y aunque intente fingir a mi no engaña
pues donde voy me sigue, me acompaña,
y sé donde le aprieta la correa.
Testigo de sus risas y sus llantos,
de sus gozos, sus dudas y peleas.
Conozco hasta su ombligo. Que me creas,
si he de jurar apelaré a los santos.
Y digo bien, pues que él me representa,
allí donde se mete yo le sigo,
si intenta de mi huir yo le persigo,
seguro estar a bien le trae a cuenta.
Pues nada puede hacer, él es sumiso,
que conoce al dedillo aquí quien manda,
se siente bien así. Que en nuestra banda
yo llevo la batuta y doy permiso.
©donaciano bueno
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