Usaste la piedra de mi corazón.
Afiliarte con su duro cuerpo tu espada.
Chispas, chispas, tus palabras de amor.
Chispas, chispas, tus palabras falsas.
Desgastada, débil, sin precaución
dejaste, alma mía, mi alma.
Cuando de roca nada quedó,
Tu puñal empezaste a clavar.
Tus palabras decían adiós.
Tus palabras me apuñalaban.
Tu cuerpo se marchó.
Tu recuerdo se quedaba.
Quien verdaderamente amó
Es la víctima de la espada.