¿Que quieres de mí? ¡que no me hayas quitado ya!
me has quitado hasta el aliento del día, pues todo te pertenece.
Me quitaste las ganas de libertad, para estar a tu lado pese lo que pese.
Me quitaste la vista, no puedo ver más que tu silueta en mis recuerdos,
tomaste mi alma, la doblaste, la escondiste en tu bolsillo.
Me deje tomar y quitar todo cuanto quisiste.
Ahora no puedo ver, llorar, reír, ni sentir.
Mi alma se quedó guardada en tu bolsillo.
la oprimes, la lastimas, la presumes,
y no puedo salir ,soy una prisionera de mis decisiones.
Ahora no puedo regresar.
Me sometí a tus deseos y respete tus mandatos,
como un animal domesticado,
destroce mis sueños y magulle mis metas,
solo para quedarme prisionera, ¡que tonta fui!.
me quede aquí pensando que, ¡me tomarías y me harías feliz!,
ahora soy un despojo de alma,
y una sombra de mujer,
no te odio, porque no me obligaste,
me odio a mí misma,
por haberme metido en tù prisión desierta,
donde antes había júbilo y ahora no hay más que tristeza,
palabras hirientes y miradas que destrozan,
en esta prisión en la que me guardas,
solo hay una tierra infértil, un desierto árido,
un corazón deshidratado y a punto de morir,
por tu falta de cuidado, por la ausencia de cariño,
total carencia de amor.
Desvanecimiento de empatía.
Ahora no me queda nada más que este suspiro.
En el que te digo,
¡lástima que acabaste conmigo!…
N.M.B