Carlos Roman Ramirez

ERA.....

razón y esencia de la existencia,

fúlgida luna de álgido enero,

plácido vahaje austral veraniego,

espiritual hoguera en las melancolías,

tan personal, tan otoñal, tan ella.....

perfumaba como flores de la tierra.....

como flores de la tierra.....

todas juntas. juntas y calladas.

Era beso de grato rocío, geografía

vespertina recorrida cada día, serenata

nocturnal en floresta de altos cipreses.

Era corriente de furtivas aguas,

su místico sonreír presagiaba

resplandores de salvífica mirada

con cielo gravitando sus pestañas.....

gravitando sus pestañas.....

Musa entre garúas y rosicleres,

diáfano eco respondiendo al silencio,

era para que un Quijote iluminado

galopara su tersura y sus dejos

invistiéndolos de líricas palabras

para escribir los versos de mañana.....

los versos de mañana.....

Era así porque sí hasta que doblaron

y redoblaron las campanas,

redoblaron las campanas......

las campanas.....