Encallado en tu cuerpo
ahora me encuentro mujer…
Después de tanto navegar
por tu ser…
Suavemente atado por tus
cálidas manos; dueñas de mi
querer…
Sabes que me encanta estar
así, como anclado a tu cama,
poseído y a tu merced…
Luego de perderme en la
marea de tus besos,
primeros pasos de mi
naufragio por tu piel…
Y aunque cansado y casi sin
aliento llegue a tus playas
escondidas… a ese paraíso
prohíbo, no importa yo sé,
que entre tus palmeras brota
la miel…
Es fascinante enrredarme
en tus cabellos mientras me
acaricias, sentir el roce ligero
de tus curvas, y aún más
excitante sentir hundirme,
perderme, en el vaivén de tus
caderas una y otra vez…
Por ti y en ti siempre quiero
ser, ese naufrago
enamorado y apasionado
que vague entre besos,
caricias y roces por la
inmensidad de tu desnudez,
lenta y tiernamente así como
la primera vez.