En mi loca e inquietante emoción por reencontrarme con la alegría, puedo asegurarte que me contagio en cada momento del virus de la risa, de ideas irreales pero muy divertidas. El camino se hace mas fácil y el pasado menos pesado. El frío y la lluvia los disfruto como cuando era niño. Esa sensación de reír sin parar, de ver las cosas mas sencillas con un brillo diferente, de percibir esos pequeños detalles que la vida nos da. Pueden decirme loco, incoherente e irreal pero siento que todo conspira a mi favor...