He dejado mis llaves a tu cuidado,
pero has olvidado la cerradura.
Ni buscas pomos ni pruebas hendiduras,
sólo tienes llaves, un manojo de ataduras.
Sin abrir ninguna puerta,
caminas por la espesura,
no te arriesgas a tu propia locura.
He dejado mis llaves
a un corazón sin bravura.