Cenizas negras y verdes,
Farolitos locos
De ilusiones fuertes,
Agujeros negros
Que llenan de humo
Cosas que no vienen,
Ni van, ni se encuentran.
Velas que te esperan
Prendidas en vano
Hasta que se apagan.
Cosas que no vuelven,
Vidas que se enredan,
Pedazos de trapos,
De lunas, de soles,
Canciones azules
Y multicolores.
Cantos de poesías
Sin pies ni bemoles
De muchas sortijas
Con besos y albores.
Cenizas agudas,
Bañadas de pena,
Cosas que no cambian,
Ni cortan, ni llegan,
Lágrimas de estrellas
Temblando, que cantan
Al alcohol y al sexo,
A nuevas locuras
Con riesgo de exceso,
Derritiendo el hielo
Con versos sin prosa,
Y brujas volando
Sobre alguna escoba,
Pantalones sueltos,
Alpargatas rotas,
Negras, con remiendos,
Sombreros puntudos,
Y los dientes viejos,
Carcajadas locas
Con ruidos al viento.
Lágrimas que sola
Las siento y las bebo,
Cantos de penurias,
Espasmos violentos,
O calores huecos,
Por correrle al tiempo
Sabiendo, juntando
Fuerzas que no tengo,
Siguiendo el sendero
Hasta el campamento.
Se empieza de nuevo
Una y otra vez,
O hasta la tercera,
Esperando verte
Solo y de pasada,
Mientras que manejo
Sobre el pavimento
De la plaza grande
De estacionamiento
Al que encuentro quieto.
Cosas materiales
Que amontonan solas
Casas y riquezas,
Con mucho trabajo,
Y el peso violento
De pilas de plata
Que nunca te alcanza.
Todo es un tormento:
Locuras de pobres
Con fiebre en el pecho.
Cenizas de ropa
Llenas de costuras,
Comidas y alfombras,
Puertas que se abren
Buscando ambiciones,
Las piletas grandes
Llenas de cerveza
Sin ton, sin objeto,
Almohadas hinchadas
Se quejan crujiendo.
Horas desveladas
Sobre la comida,
La lechuga verde,
La flor del manzano,
El cerco torcido,
El basural muerto,
La hoja amarilla,
El pájaro tuerto,
Y el canto dolido
De un gato en verano
Saltando en los techos
Del potrero humano.
Vidas que pasaron,
Vidas que no fueron,
Vidas que se arrullan,
Que se desenvuelven,
O se queman pronto,
Sobre la vereda,
El pucho, la droga y
Alguna bebida
Tomada al antojo.