La soledad no es un estar solo,
es un no caber cuando hay sitio para dos o más,
si Usted quisiera,
es no llegar a abrazar tus brazos,
no tener sitio en tu cama,
no poder tocar tus manos,
ni besar tus labios,
en ocasiones es un juego al azar,
una mano alzada,
una mirada atrás,
una frase mal expresada.
La soledad es aquel tren al que nunca subiste
o ese andén en el que bajaste antes de tiempo.
La soledad es gaseosa y en ocasiones agua,
es una mala lágrima,
o una caída de las hojas,
o un corazón durmiendo o parado encima de la cama,
o un hola y un adiós que se abrazan,
o la cara de mi hija Carol enfadada,
o una fiesta con la música baja,
o un muerto lavándole la cara,
o la nube que siempre se asoma a mi ventana,
o La Luna saliendo desnuda, sin estrellas azuladas.
La soledad, es dar pasos sin zancadas.
Dígamelo Usted, cuando decidí echarme la vida a la espalda.