Distinguidos poetas, yo les pido:
que disculpen mi antojo por la rima,
y también la métrica que lima
lo que sobra del verso que concibo.
Con el ritmo, igual soy incisivo,
pues le da la cadencia que anima
a la voz, que armónica sublima,
cada verso preciso que hoy escribo.
Se acabaron los siglos del barroco,
cuando todo poeta medio loco,
recitaba poemas a la luna.
No pretendo tener esa fortuna,
pero admiro su arte y los evoco,
como grandes maestros de la pluma.
Carlos Oyague Pásara