Me dejaste plantado con los planes que tenía para verte, deseaba contarte lo que me pasaba, que supieras lo que sentía, pero tú simplemente lo rechasaste, no sé si sea cierto lo que me dijiste, o sólo lo hiciste para evitarme, no lo sé.
Dejaré de buscarte, pues ya no tiene caso, buscaba tu hombro para desahogarme, para llorar con alguien con quien me sentía a gusto al hablar de lo que me sucedía, pero simplemente no se puede, ya no más, no puedo confiar en alguien que a pesar de que le pedí acompañarme desde hace tiempo, y que aceptó hacerlo, a últimas instancias me cambia el plan.
Dejaré de seguirte cual perro tras su dueño, dejaré de asediarte cada que converso contigo, si es que llegó a hacerlo de nuevo, no quiero tropezar con esa piedra de nuevo, pues las heridas no han cerrado, dejaré de buscar la manera de acercarme a ti, para conocer más de tu vida y tu de la mía, pues creo que a ti ya no te interesa.
Este ciclo fue cerrado bruscamente por tus palabras, o por tu engaño, no sé que habrá sido, lo que si sé es que tu, para mi, ya no serás más que un recuerdo.
Si llegas a leer esto, quiero que sepas que no contestaré tus llamadas, no contestaré tus mensajes, la única forma en que podrás hablar conmigo será demostradome que enserio te importó, que enserio quieres ser mi amiga, que enserio me buscas para pláticar. La única forma en que podrás hablar conmigo será frente a frente, búscame como yo te busque, asediame como yo te asedie, e implorame perdón, el cual no te otorgaré, pues no quiero volver a tropezar con la misma piedra.
Estas palabras van enserio, no es sólo un escrito más de mi parte, quiero que sepas que nunca me había sentido tan traicionado como me siento hoy, y a pesar de que tienes como refutarme, créeme que me interesarán poco tus palabras, pues los hechos tienen más peso.
Hasta luego...
Lo siento, para ti esto es el adiós.