No nace el día por mera coincidencia,
(tomando en cuenta que nacemos con él).
No nace una rosa por mero esmero
ni mucho menos sabiendo que
es el trono de una mariposa.
No nace un sol sin haberse visto antes un oscuro albor,
una luna llena o simplemente una espera silenciosa.
No nace, jamás, nada
tomando en cuenta que todo lo que pasa en este mundo
acto ha de ser de un pasado.
No nace un hola sin antes haberse sentido un temor a la respuesta
sabiéndose el hombre y la mujer seres sin sabor ni sentido
siempre que no haya habido un encuentro deseado…