Empezaste a decir tus primeras palabras,
y comienzan con ellas tus prístinos pasos,
y las puertas cerradas tal vez tú las abras,
empinando tus pies y estirando tus brazos.
La pregunta que ronda:
¿Pasará algo mañana con libros y vasos?
Y si miras arriba ya ves lo que estaba
evitando tus manos y tus picardías,
tantas cosas tu mente jamás las pensaba,
porque no tienen pitos ni mil melodías.
La pregunta te ronda:
¿Tantas cosas extrañas también serán mías?
Al vaivén de tus pasos ya vas descubriendo
ese piso y su gracias infantil que has dejado.
Te acunó algunas veces que estabas durmiendo
y en tus mil pataletas mejor no hubo aliado.
La pregunta que ronda:
¿Y será que por eso le tienen cuidado?
Y tus pasos marcando estarás por el mundo,
cada día más firmes y al tiempo más grandes.
Y de ahí en adelante, segundo a segundo,
sé más firme en tu meta y el sino que tú andes.
Si preguntas te rondan,
las respuestas tendrás cuando así lo demandes.