En esta lucha constante
de enfrentar la vida
hay puntos equidistantes
donde las fuerzas declinan.
.
Declinan por la convicción
de nuestro triste admitir
que no somos capullo sino flor
de ese mismo jardín.
.
Después, ni siquiera flor,
seremos sólo vestigios,
y una triste desolación
nos espera cual designio.
.
Esta historia repetida
que en estos versos les cuento
es el ciclo de la vida
desde remotos ancestros.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo Veneuela