Si en este nuestro amor milenario
sientes que va quedando solo hastío
si la rutina del amor deja un triste vacío
y si un día decides que te marcharás
inconsolable lloraré, así como llora un niño
enjugarás mis ojos todavía con cariño
y yo te preguntaré ¿por qué te vas?
Me quedaré sentado a la vera del camino
y mis lágrimas borraran el sendero
por donde ese día partirás,
y cuando los pasos de nuestro recuerdo
toquen a la puerta de tu alcoba solitaria
en tus sienes sonaran y creo te aturdirás.
Si tomas la decisión de regresar
mis carnes enflaquecidas a la vera del camino
mi larga barba y mis pupilas caídas
ansiosos te esperaran con los brazos bien abiertos
para que revivamos nuestro amor
por varios miles de años más.
¡Ojalá no marchite nunca este amor!
para no tener que sufrir tu partida
que me causaría tanto dolor
y un sello de acabose en mi vida.
Lebusla
Derechos Reservados