Miles de ECOS mudos -sólo quedó la vibración-
tatuaron tu nombre en mis recuerdos,
a veces te siento asida a la nocturna,
adherida al techo, sonríes
y me haces entristecer.
Exhalo intentando inútilmente
sacarte de mi, evaporarte,
decirte \"ya no más\", déjame en paz,
dáme la tranquilidad que necesito
y te llevaste.
El viento pasa cantando por doquier
y me trae tantas cosas tuyas,
tu aroma por ejemplo
elixir de pomas varias unidas
y eslabonadas que entran en mi
anegándome de tu ausencia
y desde mi alma llueve a cántaros,
las ventanas de mis ojos se nublan
de tristeza, melancolía y dolor.
Aún me llegas cabalgando mi mala suerte,
-esa que me busqué yo sólo-
como por sobre un nefasto arco iris
en mi aguacero vienes trayendo esa alegría
que perdí cuando por insensato
calenté mi cama y enfrié mi vida.