Julio Cortazar

Preguntas y laberintos.

   Somos maniquis  tibios.

Criminales semiperfectos, arrugados.

Edades y números.

Estépas, glándulas secas.

 

   Nace una pregunta difusa

y nos vuelve locos

como caníbales que resucitan

en brea salada.

 

    Hay un laberinto enano

de verbena y sol naciente

su mano conspira asomándose.

Frágua trémula del amo amante.

 

   No mirás el peldaño amarillo.

Preguntás  si detras hay intimidad.

Ladra el instinto primitivo

por saber si desnuda estas.