Lágrimas de amor brotan
por miedo al olvido
más copiosas que nunca,
más solemnes que un himno.
De pronto el llanto cesa
¡nada ha pasado!
adiós, adiós olvido…
¡Olvido vano!
El amor ha triunfado
entre tinieblas de dudas,
encadenados estamos
en amorosa tortura.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela