Deja que me asome por tu cuerpo
tiernamente como el colibrí
por las corolas buscando la miel...
Dejame descubrirte la piel...
sutilmente como alba
que desnuda al día ...
Permíteme el placer
de hundirme en tus pechos
como el crepúsculo entre montañas
del horizonte...
Deja por favor mujer
que lluevan mis besos
en cada uno de los rincones
escondidos de tu ser...
Deja pues que mis manos
se hagan pequeñas
y ciegas buscándote
en medio de sábanas blancas...
Dejame ahora que te tengo
entre mis brazos
cumplir mil y un fantasías
que llevo guardadas en mi mente...!