Fantasía
Tu boca es el ingreso al Paraíso
la sonrisa invita, ¿la llave? un beso.
Muy pronto se hace presente el hechizo
de percibirme entre tu cuerpo preso.
Y mi aliento, céfiro vagabundo
azoló los manjares de tu pecho
y en una fruición y un afán fecundo
mi boca su hambre dio por satisfecho.
Pronto busqué los frondosos jardines
donde crece la fruta del amor
y acomodándola en albos cojines
disfruté su inigualable sabor.
Fue una sublime noche de embelesos
con la más viva y ardiente pasión.
De música e incienso, vino y quesos,
tú, oyendo mi lira, y yo, tu canción.