Un recinto he formado
en mi alma, en ella
vives, adornándola,
con coronas de laurel,
dorados girasoles,
luz de luna y luceros azules,
la cubres con un manto
de cielo azul de abril.
Soy seguidor que a tu culto
se consigna, en rituales
que invento para ti,
en mayo, tulipanes me das;
en verano aroma a jazmín,
en otoño desnudos cerezos rojos,
y hojarascas de fresnos,
mi oración es melancólico cantar,
miro de lejos cuando antes
estabas junto a mí,
sin consuelo en mi invierno
los ciruelos perecen,
los duraznos que florecen
son promesa de frutos
para el venidero abril.
Soy un elfo entre la naturaleza,
avatar de la poesía eterna,
parte de tu obra,
de tu palabra y versos
baluarte en tu decir,
quien entiende tu mundo entero,
soplo del verbo de un poeta
callejero, sin alma, sin pena,
soy lírica divina, sublime
pensamiento que te hace
sentir, el sentimiento mas bello.