Por si aún me oyes,
Luna, que de mí huyes,
ofrécele un rayo de luz
que despeje sus miedos,
aleja ese crepúsculo de hielo
Yo sé que no podré,
pues mi tiempo se agota,
y el fín toca mi puerta,
viene fuerte y dispuesto
a combatir hasta el deceso
No lo resistiré,
soy tan humano que
la eternidad es grande
para un corazón, forzado
a estar en un cuerpo condenado
Por eso te pido Luna,
no dejes que el viento,
despiadado en su soplo,
doblegue bravío sus sueños
y su coraje termine desnudo
Te ruego que perdones
y enmiendes sus errores,
pues el pánico al fracaso
su corazón ha maltratado
y de desilusión hizo llanto
Procura sanar sus heridas,
atiende su químera perdida,
oye el eco de su risa tímida,
castiga al dolor que la acecha
y concédele alegría a su vía