(Gracias Tía)
Dejabas a tu paso una estela de ternura;
con silencio predicabas el respeto a los ausentes,
eras referente y buen ejemplo del creyente
y eras esa paz que te hizo ser mujer de altura.
Nos dejaste un testimonio de longeva tolerancia,
y fue el temor de Dios el que te dio sabiduría
porque esa fe de tu interior, -bien lo sabías-,
era esa Paz que da el Amor sin arrogancia.
Tu interna Paz nos deja paz en nuestra vida;
nos heredaste una verdad que es tu fortuna:
que mucha fe sin obras buenas se invalida,
que no es “tu fe” ni “nuestra fe”, ¡que es sólo una!
y que esa paz que da esa fe muy bien cumplida
fue tu enseñanza, más valiosa que ninguna.
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Código de registro: 1608068557840 Fecha de registro: 06-ago-2016 5:57 UTC