Al mirarlo con franqueza
cree que es amada
y lo que es,
la hace menos amable
cuando la verdad perdura
y la inocencia de ser amada
sigue intacta.
La palabra brutal
en la piel
deshoja a gritos,
se quiebra en llanto
Otra vez,
la dolorosa necesidad
la llevo a creer,
a sostenerse
en la promesa
En ese estado del alma
del oscuro capricho
en la fría noche encendida
Mané Castro Videla