Esos seres que la vida nos pone por delante
que tienen algo de nosotros
por las rodillas heridas y el llanto
se nos aparecen en la vida
y en la muerte sin haberlos llamado
porque respirábamos juntos
mientras los juguetes se descolorían
y los fantasmas del armario tejían
telas de arañas en las esquinas
esos seres que nos abandonan
sin que nadie sepa cómo
y los abandonamos por siempre
y ellos nos abandonan por sus sueños
acaso nos quedan solo recuerdos
aunque nacemos del mismo vientre
una misma leche nos alimentaba
luego la vida se encarga de desplazarlos
y los sentimos rotos
extraños en esta dimensión triste
hasta que un buen día
algo se nos rompe por dentro
y sentimos que deberían estar junto a nosotros
en la desgarradura del tiempo
en el abandono de la distancia
y queremos traerlos de vuelta
burlarnos del sino terco
expresarnos ante ellos sin palabras
como cuando los pájaros huyen
de las sombras hacia las mañanas
es que no sabemos lo corto que es el tiempo
que se nos escapa por los ojos
y nos convierte en delicado polvo
mientras palpitamos hacia la nada
entre los acordes de los rumores de saber
la crispación de sentirnos pasajeros
en esta incierta nave que es la vida.