Alexander Cambero

Estrasburgo

El esplendor de Estrasburgo, con su espíritu de refinado conquistador; advertirla significa caer en las redes de sus miles de bondades que la hacen única. Esta ciudad siempre termina robándole el corazón a cualquiera; cautivan sus calles hermosas con adoquines grises, de monumentos espectaculares que son desafiantes muestras del ingenio humano. La rueda de la historia se atascó de pronto en sus fronteras para dejarnos su semblante medieval, que ofrece toda su geografía de maravillas. La primorosa estampa de la ciudad, que calladamente se ofrece para el despertar de los ojos; hechizo de una ciudad quijotesca que renace cada mañana.  Serena y profunda como las aguas del Rin cuando atraviesan sus canales para llevar el mensaje imperecedero...