Sus ojos famélicos de ideas buscaban entre mis pasos aquella que saciara su deseo de una historia perfecta... Un amor trillado, bohemio, escandalizado de ser!
Yo por otro lado, caminaba tan despacio buscando la paz de un desamor ya aceptado, no quería ideas de amores... ni tenerlas, ni provocarlas!
En estas circunstancias éramos dos vórtices opuestos, yo le dije de mi abismo y él me mostró sus alas, yo lo dejé en la mañana después de disfrutar el cielo de su espalda... él despertó donde la verdad no deja espacio para ningún vuelo!!!
Hay que aprender a revolotear en el mismo agujero, pero supongo que eso él no lo sabía!!