quiero enviar una rosa al cielo,
una rosa blanca como su cuerpo,
suave como su piel lo fue,
pura como su alma partó.
enviarle una rosa
mas no de despedida
sinó de esperanza nueva
de amor incondicional
pues tal vez en otra era
podrá ser mi quimera
tan deseada y anelada,
tan lejana y tan cercana
que aunque pude tocarla
se escabulló su vida
entre mi carne desgarrada
y mi alma dolorida.
pequeña ausencia de mis sueños
no es una despedida
es un asta luego vida mia.
al terminar mi sendero
he de reunirme contigo
o esperar a que tu vuelo
por fin regrese a mi nido.